El torbellino de la vuelta
Por caol el 15/07/2018, 20:49 - Enlace permanente
Ya se acabaron las semanitas de vacaciones y llegó la hora de volver a la
ciudad de las luces.
Viajé en el tren de la madrugada y fui directamente de la estación al
trabajo.
Como siempre, retomar el ritmo de la gran ciudad resultó algo difícil, pero
este año también fue muy complicado ponerse al día en el trabajo. No
reemplazaron a los que se jubilaron y no reducieron la cantidad de trabajo.
Total, al llegar a mi instituto, me encontré con un sinfín de tareas esperando
en mi despacho.
Al salir de la oficina, fue preciso correr para llenar la nevera y la velada
fue demasiado corta para arreglar todos los temas pendientes en la pila de
correos.
Al día siguiente se vaciaron las calles cuando llegó la hora de la semifinal
del mundial. Yo aproveché este momento par ir de comprar en un supermercado
abandonado, y cuando volví a casa, al escuchar los gritos de la gente, pude
imaginar las peripecias del partido hasta el clamor final de alegría. Luego, en
mi barrio, empezó una ronda de coches y de bocinas hasta media moche. Sobra
decir que no tuve mi cuota de horas de sueño...
El jueves, mientras se disputaba la segunda semifinal, pasé una noche muy
agradable en la terraza de una vecina, compartiendo los productos que habíamos
comprado durante las vacaciones...
El viernes me marché de París y fui a ver la final en el jardín de un
cafe-restaurante, en medio de una centena de personas, entre dos luxemburgueses
y dos holandeses.
¡Vaya suspense!
Y después de casi dos horas, los galos consiguieron su segunda
estrella...
A ver como celebran el acontecimiento en París...