Encuentros…

El martes por la mañana, el coche de Google Maps estaba sacando fotos de la calle por donde paso para ir a la estación de metro. Para quien no sabe de que se trata, la apariencia de este coche, con sus cámaras instaladas en el techo, resulta bastante asombrosa. Ahora sólo falta esperar la nueva versión del «street view» y controlar si aparece mi camiseta rosa 🙂

Por la tarde tocaba enseñar la colina de Montmartre a tres mexicanas procedentes de Chihuaha. Con gusto hicimos una parada en la tienda de Arnaud Larher.

Os dejo adivinar qué pastel me corresponde 😉

Al día siguiente, varias organizaciones convocaron una nueva manifestación de apoyo a Gaza. Manifestación autorizada, por la zona de Montparnasse, con policías educados… No hubo problemas.
Yo preferí cenar en una terraza soleada de la calle de la Roquette.

El viernes por la mañana, no tenía prisa y conversé un rato con el vigilante nocturno del hotel de la paz. Normalmente, cuando voy al trabajo, este señor suele esperar el fin de su servicio en el umbral de la puerta e intercambiamos un saludo. Desde su puesto de observación tiene una visión muy diferente de la que yo puedo tener y eso siempre resulta interesante. Me habló de los jóvenes que se dedican al tráfico de drogas y no respetan nada, del aumento de la prostitución, de los atracos y de los asombros cotidianos de los policías. Y llegó a la conclusión de que las cosas empeoran. De paso, me regaló varias expresiones deliciosas como «carcel y libertad caminan juntas», «el brujo te pone la cabeza al revés», antes de precisar que su hotel tiene clientes muy correctos.
Y tras este rato escuchándole, creo que este señor añora más que todo la criminalidad de su juventud :-)))

Ese mismo día, el nuevo sin domicilio fijo de mi calle fue llevado a la comisaría por los policías. Cuando pasé delante de este edificio, dos policías jóvenes, blancos y rubios, intentaban vaciar la mochila que el vagabundo había transformado en nido para sus pájaros de compañía.
Se entiende lo del asombro 🙂

Ayer al medio día anunciaron 600 kilómetros de retenciones. Se marcharon muchos parisinos y la ciudad empieza a tener este ritmo tranquilo que tanto me gusta.

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